sábado, 2 de mayo de 2009

SED DE PIEL


Manuel Lucas es un sexólogo de la Universidad de Almería que ha estudiado durante 18 años las pautas sexuales de 66 culturas distintas. Ha llegado a la conclusión de que hay una relación entre agresividad y sexo: la falta de sexo produce agresividad.Para ello ha estudiado las obras de numerosos antropólogos y ha hecho trabajo de campo en 2 tribus de Micronesia. Dice que las culturas pacíficas son muy relajadas desde el punto de vista sexual. La mujer tiene mayor protagonismo en este tipo de culturas, mientras que las culturas agresivas son más reprimidas desde el mismo punto de vista. Esto se repite una y otra vez en las 66 culturas estudiadas.Como antropólogo es importante evitar la Visión Emic: intentar no ver a través de las gafas culturales que llevas puestas para evitar prejuicios. Al estudiar la cultura ajena el otro también te cuenta cosas que han de ser contrastadas, el chauvinismo es frecuente en cualquier cultura.En su libro "Sed de piel" cuenta cosas curiosas sobre otras culturas: Por ejemplo, en una tribu de la Micronesia el sexo es cuestión de tamaño: la vulva de la mujer es lo que importa, no el pene del hombre. Los labios menores son los que pueden producir complejo y envidia: si la mujer los tiene grandes es más deseada.En su libro defiende que la abstinencia fomenta la insatisfacción, en todos los seres humanos hay una necesidad de contacto físico con el otro a nivel de piel, su falta produce un efecto de aumento de la agresividad hacia afuera, de neurósis o ansiedad hacia dentro. La necesidad de tocarse se debe a que la raza humana tiene como animal la piel muy sensible, con muchos corpúsculos sensitivos y esto también es constatable desde el punto de vista biológico.Las culturas aficionadas a la práctica sexual son muy pacíficas, suelen estar en Polinesia o Micronesia o bien aisladas por el ecosistema (bosquimanos, tribus de la India y China aisladas entre montañas), etc. En ellas las mujeres deciden, las relaciones sexuales son frecuentes, los hombres no son competitivos. En algunas de ellas los niños no tienen padre reconocido y las mujeres tienen varias parejas a la vez, los hijos son aceptados en el clan materno y son cuidados por los hermanos de las mujeres.Los esquimales son muy activos a pesar del frío: hacen juegos en igloos grandes que consisten en apagar los quinqués, desvestirse en silencio y, sin hablar, buscarse en la oscuridad y tener relaciones sin saber con quién están. Luego encienden los quinqués y se ríen y hablan tratando de adivinar quién les ha tocado.Por el contrario las culturas célibes son muy agresivas: en Nueva Guinea algunas tribus que no conocen las relaciones pre- ni extramatrimoniales y en las que, después de un parto, el hombre no puede acercarse a su mujer en 5 años o que tienen prohibidas las relaciones sexuales durante 250 días al año, se matan mucho entre ellas, y los hombres son cortadores de cabezas Los hombres, en vez de dormir con la mujer, duermen con el craneo de sus enemigos de almohada y las mujeres rechazan a los hombres que no cortan cabezas. Sin embargo, en la misma Nueva Zelanda, algunas tribus que viven en paz, entre montañas escarpadas y aisladas, no son tan agresivas porque no hay peligro externo y éstas practican más el sexo.

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