sábado, 2 de mayo de 2009

MARIO PERNIOLA SOBRE LOS SITUACIONISTAS


Para el situacionismo, la subjetividad radical no es autosuficiente y debe considerarse en todo momento vinculada con el proyecto de la revolución social.
La única esperanza pasa por la abolición del orden social dominante. Este es, a partir 1967, el interés principal del situacionismo: El punto de partida es la constatación del fracaso del proyecto revoluconario del siglo XIX, la degeneración de la revolución rusa en un capitalismo burocrático de Estado, la aniquilación del movimiento espartaquista alemán y la derrota de la revolución proletaria española. Todos estos movimientos eran de naturaleza meramente ideológica. Centran su interés en repensar el proyecto de lo Consejos Obreros a la luz de una nueva realidad histórica:
LA REVOLUCIÓN HA DE SER REINVENTADA.
Si la revolución tiene alguna posibilidad ésta pasa por su relación con la vida cotidiana. La crítica de la política debe dejar paso a una revolución permanente generalizada a todos los aspectos de la existencia: las nociones de pobreza y riqueza, fundamentadas en lo económico, deberán sustituirse por un concepto nuevo que haga referencia a la plenitud y a la satisfacción del deseo. Las energías provienen del rechazo del aburrimiento y de la insignificancia en que la inmensa mayoría de la gente se ve obligada a vivir. Se anuncan movimientos de contestacion total, tras décadas de humanismo, de ilustración seudo-revolucionaria, los situacionistas son los primeros en citar la causa de la revolución social en la experiencia vivida. Pero, según Perniola, sobreestiman la subjetividad consciente e ignoran la necesidad síquica. La mayoría de los asalariados, en medio del malestar y del aburrimiento de la vida cotidiana que están obligados a vivir, no adquieren una plena conciencia revolucionaria, se adhieren a organizaciones y estilos de vida contrarios a sus intereses. Esta pregunta queda pendiente.

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