martes, 25 de mayo de 2010

Gil de Biedma: La palabra sentida, sufrida y gozada.


EN LA POESÍA DE JAIME GIL DE BIEDMA SE DAN CITA LAS TRES PERSONAS DEL VERBO: EL YO DE LA EVOCACIÓN, EL QUE VIENE A SER, EN EL FONDO, UN YO DESDOBLADO PARA REGAÑARSE Y EL NOSOTROS REFERENCIAL Y DE ALIENTO CIVIL.

De Jaime Gil de Biedma con conciencia de lunes. Joaquín Galán.





"La vida no puede exponerse tal cual es. La vida no es poesía y además ésta tiene sus limitaciones;date cuenta de que el número de experiencias que rescata la poesia es muy escaso y, en todo caso, no hay razón para pensar que no fueran mejores las no contadas. El arte sólo es un simulacro de lo real. Un poema moderno no es, por el contrario, una imitación de la realidad. Se trata de dar al poema una realidad objetiva que no está en función de lo que en él se dice sino de lo que en él está ocurriendo. Yo creo que incluso cuando el poeta pretende hablar en tanto que él mismo, está hablando de sí según se imagina, no según es. La voz que habla en el poema no tiene otra realidad que la que pueda tener la de un personaje de novela aunque se parezca mucho al propio poeta."

La Estafeta Literaria 15/3/78

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"La mala conciencia burguesa fue un fenómeno bastante común a casi toda la gente de mi clase y de mi época. Sin embargo, nosotros no entendíamos la poesía social como la entendían Blas de Otero o Celaya. Hablar en nombre de los obreros nos parecía no sólo un disparate sino lo más asocial que se podía hacer. Nuestra intención era hacer una poesía de la experiencia social, el mismo tipo de experiencia que se puede recoger en la novelística o en la prosa... Por otra parte, y a partir de los poetas ingleses de los años treinta , yo me di cuenta de que la temática de la mala conciencia se podía utilizar de manera literaria."

El Correo Catalán 11/1/81

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Periodista:- Importancia de la vida por encima de todo.

Jaime Gil de Biedma:- Sí, claro. ¿Es que hay otra cosa más importante?

P: - Algunos versos pueden salvar la vida?

J G B- Más que salvarla, redimirla, que no es lo mismo.

P.-¿Y los versos de otro, los versos leídos?

J G B.- Eso claro que sí. Se pueden incorporar a tu vida y ser definitivamente para ti algo tuyo. Y te valen precisamente porque no es lo tuyo. En todo caso, lo que sí consiguen es hacerla la vida más tolerable.

El País 10/7/86

jaime gil de biedma


NOCHE TRISTE DE OCTUBRE, 1959 A Juan Marsé


Definitivamente

parece confirmarse que este invierno

que viene, será duro.


Adelantaron

las lluvias, el Gobierno,

reunido en consejo de ministros

no se sabe si estudia a estas horas

el subsidio de paro

o el derecho al despido,

o si sencillamente, aislado en un océano,

se limita a esperar que la tormenta pase

y llegue el día, el día en que, por fin,

las cosas dejen de venir mal dadas.


En la noche de octubre,

mientras leo entre líneas el periódico,

me he parado a escuchar el latido

del silencio en mi cuarto, las conversaciones,

de los vecinos acostándose,

todos esos rumores

que recobran de pronto una vida

y un significado propio, misterioso.

Y he pensado en los miles de seres humanos,

hombres y mujeres que en este mismo instante,

con el primer escalofrío,

han vuelto a preguntarse por sus preocupaciones,

por su fatiga anticipada,

por su ansiedad para este invierno.


mientras que afuera llueve.

Por todo el litoral de Cataluña llueve

con verdadera crueldad, con humo y nubes bajas,

ennegreciendo muros,

goteando fábricas, filtrándose

en los talleres mal iluminados.

Y el agua arrastra hacia el mar semillas

incipientes, mezcladas en el barro,

árboles, zapatos cojos, utensilios

abandonados y revuelto todo

con las primeras Letras protestadas.

EL HOMBRE REBELDE


Roto el espejo, no queda nada que pueda servirnos para contestar a las preguntas del siglo. El absurdo, lo mismo que la duda metódica, ha hecho tabla rasa. Nos deja en un callejón sin salida. Pero, lo mismo que la duda, puede, volviendo a él, orientar una nueva búsqueda...

Grito que no creo en nada y que todo es absurdo, pero no puedo dudar de mi grito y necesito, al menos, creer en mi protesta. La primera y única evidencia que me es dada así, dentro de la experiencia del absurdo, es la rebeldía...

La rebeldía nace del espectáculo de la sinrazón, ante una condición injusta e incomprensible. Pero su impulso ciego reivindica el orden en medio del caos y la unidad en el corazón mismo de lo que huye y desaparece. Grita, exige, quiere que el escándalo cese y que se fije por fin lo que hasta ahora se escribía sin tregua en el mar. Su preocupación es transformar. Pero transformar es obrar...

Es pues necesario que la rebeldía saque sus razones de sí misma, ya que no puede sacarlas de nada más. Es preciso que consienta a analizarse para aprender.


Albert Camus: El hombre rebelde.