sábado, 29 de mayo de 2010

MAX ERNST: UNA SEMANA DE BONDAD


Tercer cuaderno: Rojo. Martes. Elemento: el fuego. Ejemplo: La corte del dragón.

Un hombre espía por la puerta entreabierta y observa. La dama envuelta en un rico vestido adornado con lazos, con cintura ceñida y belleza artificial, arrastra el pesado vestido ( simbolizando el peso de la burguesía entregada al favor de los poderosos). Alas de ángel, cola de dragón, reclinados ambos sobre un sofá, en posición de oración.

Espacio cerrado, acolchado. Barroquismo exacerbado ante el horror vacui. Abundantes cortinas, alfombras, estampados, telas. Tramas y dibujos por doquier, no hay lugar para el vacío, para el descanso. De allí el recogimiento desesperado de la dama.


Hay un cuadro dentro de un cuadro, un correlato entre el cuadro de la pared, dónde un caballero besa la mano de otra dama con violencia contenida, al agarrar esa mano y besarla con desesperación, y la actitud de la mujer alada.

En teoría se trata de un entorno tranquilo pero no es sino una muerte dulce, que asfixia. Porque no hay ventanas en el hogar, no hay nada blanco, se trata de una noria enloquecida, donde la dama busca la paz en la oración pero ya no hay un dios que escuche las plegarias.

El amor es su soga y el hogar es una jaula hecha a medida. Una vez satisfechos los deseos materiales y encontrado el paraíso, la mujer desespera. Ha habido demasiada renuncia, ha entregado lo que nunca debió entregar, a cambio de una posición social y material.

El hombre mira con atención a la mujer, es aquel hombre surrealista que se sentía a la vez atraído y repelido por el escenario burgués. Al mirar con detenimiento la escena una y otra vez surgen nuevas imágenes y significados, muy cercanos al sueño, a la pesadilla. La burguesía es el infierno acomodado que denuncian las vanguardias.

Un gran dragón se introduce en los hogares, aparecen alas, reptiles, criaturas monstruosas, seres híbridos que se inmiscuyen en la vida de otros personajes alados, mitad ángeles, mitad murciélagos. El ámbito doméstico ilustra la tragedia, los miedos y pesadillas de sus protagonistas.

Grabados que utilizan clichés, estereotipos de representación decimonónica y lugares comunes. Max Ernst los utiliza para componer su imaginario vanguardista. Reutiliza los principios y los tópicos del XIX desde el surrealismo para socavar lo establecido, para producir un extrañamiento, al incumplir las reglas de un relato tradicional. Con ello busca desestabilizar la sociedad.


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