Tal como nos la presentan, la crisis planetaria de las finanzas se asemeja a una de esas malas películas cocinadas en esa fábrica de éxitos preformados que hoy en día se llama "cine". Nada falta en ella, ni siquiera esos sobresaltos que nos aterrorizan: imposible impedir el viernes negro, todo se derrumba, todo se va a derrumbar... Frente a esta imagen cinematográfica de la crisis, Badiou ofrece dos conclusiones. La primera tiene que ver con la diferencia, que cobró un cierto auge con esta crisis, entre una economía real y una economía irreal y especulativa.
Badiou no ve realmente diferencia entre ambas. Propone una solución para elaborar una política diferente: esa política se encuentra sin duda y se encontrará durante mucho tiempo a mucha distancia del poder del Estado, pero poco importa. Comienza a ras de lo real, mediante la alianza práctica de las gentes disponibles para inventarla: los proletarios recién llegados de Africa o cualquier otro lugar y los intelectuales herederos de las batallas políticas de los últimos decenios.Se ampliará la función de lo que sepa hacer cada uno, punto a punto. No se mantendrá ningún tipo de relación orgánica con los partidos existentes ni con el sistema, electoral o institucional, que les da vida. Se inventará la nueva disciplina de los que no tienen nada, su capacidad política, una nueva idea de lo que será su victoria.
Badiou presenta una política totalmente desconectada de las realidades actuales de la crisis. No tiene opinión alguna sobre la intervención gubernamental. La indiferencia está fundamentada teóricamente sobre la indiferencia frente a todas las modalidades de capitalismo. Lo malo es que la indiferencia teórica tiene consecuencias prácticas. Se alía con los elementos con menos posibilidad de tener una acción efectiva sobre lo real, el resultado práctico es la impotencia.
La alianza histórica que Badiou preconiza parece ser lo mismo que Marx tanto trató de forjar en su producción teórica y en su actividad práctica: proletariado e intelectuales radicales unidos. (y que siempre fracasó)